Todos somos México

Tuesday, September 25, 2007

"Administrar la abundancia"

José López Portillo. Presidente de México 1976-1982.

Llegó al poder en 1976 con el lema “La solución somos todos”, pero con el tiempo la frase fue parodiada por el vulgo como “La corrupción somos todos”, para referir los excesos y las malversaciones del gobierno de José López Portillo.

El expresidente no toleró la crítica ni las revelaciones de las corruptelas de su gobierno que el semanario Proceso dirigido por Julio Scherer, daba a conocer cada semana en sus páginas.

La segunda quincena de abril de 1982, Francisco Galindo Ochoa titular de la Coordinación General de Comunicación Social de la Presidencia, dio la orden a todas las dependencias del gobierno federal, los gobiernos estatales y al PRI de cancelar cualquier contrato publicitario con Proceso, como una represalia por la línea crítica del semanario.

La medida obligó al Consejo de Administración de Proceso a cerrar la agencia Cisa-Proceso, fundada el 2 de agosto de 1976, apenas 23 días después del golpe contra Excelsior, y que daba servicio a por lo menos 50 medios del interior de la República.

En su edición 291 Proceso, denunció la suspensión de publicidad gubernamental; estuvo acompañada del impedimiento ordenado por Galindo para que reporteros de la revista y la agencia ejercieran su trabajo cubriendo las giras presidenciales, bajo el pretexto de las reducciones del presupuesto.

En respuesta a una editorial publicada en el semanario el 31 de mayo de 1982, López Portillo pronunció una de las frases que lo han caracterizado. “No pago para que me peguen”.

Ese último año se tomaría la decisión tal vez más controvertida del sexenio, la nacionalización de la banca y el control de cambios, ante el sobreendeudamiento exterior y el saqueo de las reservas por cerca de 50 mil millones de dólares.

El último mensaje del presidente estuvo aderezado por lágrimas, gritos, voz entrecortada y manotazos en la tribuna de la Cámara de Diputados, para emitir su clásica frase al anunciar los decretos:

“Es ahora o nunca. Ya nos saquearon, México no se ha acabado. ¡No nos volverán a saquear!”

La nacionalización fue tomada con beneplácito por partidos de oposición como por el PRI, que respaldó la decisión López Portillo, así como por el presidente electo Miguel de la Madrid, quien, se supo después, no fue consultado ni informado de la medida.

Su última frase envuelta en lágrimas, selló ese último informe:

“…a fin de cuentas poco importa el destino, la imagen o el prestigio individual de un hombre y la suerte que la posteridad le depare. Lo que importa es que se salve nuestro patrimonio común de instituciones y esperanzas”.

Días después de que el presidente declarara que salió del gobierno “con las manos limpias de sangre y de recursos mal habidos”, se reveló la edificación de una mansión en Cuajimalpa, en un área que después sería llamada “La colina del Perro”, en alusión a la declaración que un año antes había hecho López Portillo de la defensa que haría de la paridad del peso, lo cual tampoco logró.

Durante el gobierno de López Portillo, Petróleos Mexicanos, entonces a cargo de Jorge Díaz Serrano –encarcelado por malversación de fondos luego de un juicio político para desaforarlo como senador de la República-- descubrió importantes yacimientos que pusieron el nombre de México en todo el mundo.

Para el presidente, las reservas petroleras del país garantizaban el auge económico de México, tantos años postergados. Fue célebre su frase:

“Le pido al pueblo de México se prepare para administrar la abundancia.”
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Textos extraidos de "Quiso, no pudo.... y se pudrió". 19 de febrero 2004. Semanario Proceso. Gloria Leticia Díaz.
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